miércoles, 3 de noviembre de 2010

AL PIE DE LA TORRE DE BABEL


Imatge: Francesc Cornadó . Llibreta negra

Pasaron de las palabras a las manos. No se entendían. Alguien había confundido sus lenguas.

¿Quién era el culpable? ¿Quién había sembrado tal confusión?

8 comentarios:

  1. ¿Alguien? Sin duda Dios, que eso dice el AT. Aunque tengo para mí, sólo para mí, que más sería el hombre, digo el hambre.

    Un abrazo.

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  2. El hombre, quiero decir el hambre, ha hecho estragos.
    Si hubiera bocadillos de jamón y queso para todos, si todos hubiesen comido bien, se hubieran dedicado ha hacer la digestión a la sombra de la torre.

    Salud

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  3. No sé yo, aún sin hambre, los hombres seguiríamos enfrentándonos, es nuestro destino.

    Un abrazo, buen micro.

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  4. Sí, Felisa, el hombre es un lobo para el hombre y acomete incluso más en las sociedades opulentas.

    Salud

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  5. Hola Fracesc: que trobat un comentari en un blog vell, que tinc abandonat de fa mol temps, i el que hi escrius date d'útims d'Octubre. Has de saber que em trobaràs al "reflexions en veu alta" i només allà. dispensa l'enrenou.

    En quand al teu post d'avui, crec que no hi ha una resposta clara. La biblia parle de la Torre de Babel. Molts ho questionen.
    Salutacions molt cordials i merci per la teva visita.

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  6. Ara, he trobat el teu blog, Montserrat.
    No hi ha res de clar sota la capa del sol, m'arribo a qüestionar l'amor i la bellesa.

    salut

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  7. El hombre, el hambre y... la hembra.
    Las lenguas se confunden: la culpa puede estar escrita en los genes: la búsqueda de un territorio segregado donde procrear.
    Y el lenguaje evolucionó en divergencia: ya
    se sabe que todos los poemas de amor deben ser retocados.

    Un saludo cordial

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  8. La tinta con que están escritos los genes, estimado Ranstom, es tinta de color tiña negra.

    Salud

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