jueves, 20 de enero de 2011

excipio


On he de cercar els altres móns
si el vol de l’alosa no assenyala l’aixopluc de les estrelles
i aquests ulls no esguarden més enllà de l’istme grotesc?

Aquesta és la terra fèrtil, la que dóna el fruit sucós,
on rebo dels déus el primer vers
i, amb aquests mots al cor,
m’apropo, per continuar, al dolor centenari
i ho faig com puc,
a les palpentes trepitjant l’asfalt,
per arribar al mig del somni.

traducción


¿Dónde debo buscar los otros mundos
si el vuelo de la alondra no señala el cobijo de las estrellas
y mis ojos no miran más allá del istmo grotesco?

Esta es la tierra fértil, la que da el fruto jugoso,
donde recibo de los dioses el primer verso
y, con estas palabras en el corazón,
me acerco, para continuar, al dolor centenario
y lo hago como puedo,
a tientas pisando el asfalto,
para llegar al medio del sueño.

4 comentarios:

  1. Querido Francesc:

    Qué hermosas metáforas nos ofreces en medio del dolor. Parece que el mundo buscado no sigue un camino señalado ni siquiera una senda escondida, es un mundo misterioso, tejido con el hilo del alma, y el alma habita encima del asfalto. No puede deshacerse del dolor porque quizá este sea el único camino que taladra el asfalto.

    Un gusto saludarte y buscar el cobijo de las estrellas, no nos ayudan las alondras, pero sí tus versos.

    Un gran abrazo, amigo. Salud.

    ResponderEliminar
  2. no hay que fiarse de las aves, nunca guían..
    bello el dolor centenario que escribes sin histeria y sin pañuelo..

    salut

    ResponderEliminar
  3. Elena, estoy dando vueltas a esto de la metáfora, a su lógica y a su razón, Zambrano ya habló de todo esto, sin embargo por más giros que le des, encuentras un telón de fondo, este dolor centenario.
    Salud

    ResponderEliminar
  4. Concepto-aparte, no, realmente no hay que fiarse de las aves ni de nadie que planee por encima de nosotros.
    Ni pañuelos, ni histerias, con la mayor naturalidad. El dolor es algo instalado en nuestro ser y cuando un instante de felicidad, por un casual, asoma tras la cortina y nos guiña el ojo, resulta que nos pilla con cara de bobos.
    Salud

    ResponderEliminar