domingo, 1 de abril de 2012

¡Yo aviso!


¡Yo aviso!  

por Carlos Gorostiza 

 


Aviso a Seat, Renault, Vw, Ford, Opel… de que he reparado mi viejo coche y que ya he descartado completamente cambiarlo. Aviso al BBVA, Santander, La Caixa, Kutxa…de que he renunciado a aquella compra que tenía pensada y que no necesitaré ya pedir ningún crédito. Aviso a Bimbo, Danone, Nestlé, Campofrío, Henkel, Fairy, Ariel... de que me he convertido en un experto en marcas blancas, que son las únicas que llenan ahora mi carro.
Aviso a El Corte Inglés, Inditex, Cortefiel, Hispanitas....de que ya solo compro ropa en outlets o en rebajas. Ah! y que conozco todas las modistas de arreglos de mi barrio. Aviso a Cepsa, BP, Repsol, Shell, Petronor, Avia… de que me acostumbré a conducir despacio cuando la limitación a 110 y que ahora paso de largo por muchas gasolineras. Y, por supuesto, en los viajes largos uso el bus.
Aviso a Prisa, Vocento, Mediapro, Mediaset, Euskaltel y Movistar que la TV de pago ni siquiera la tengo como opción y que he descubierto que se vive perfectamente sin comprar todos los días todos los periódicos. Aviso a las cadenas Barceló, Sol, Zenith, Meliá… de que ya he reservado plaza en un camping para este verano en lugar del hotel de playa de los pasados años.

Soy un privilegiado. Tengo un buen sueldo, excelente en comparación con el de la mayoría de mis amigos, así que estas decisiones no son nada comparadas con las que, sí o sí, han de tomar ellos y otros muchos millones de consumidores. Porque -señores- no olviden que austeridad es NO COMPRAR.
Quienes hoy aplauden entusiasmados esta reforma laboral que precariza los empleos, que expulsa a la clase media del mercado, que destroza la esperanza de los jóvenes más preparados que miran al extranjero como hicieron sus abuelos, mejor harían en no recalentarse las manos con tanta ovación porque tal vez las necesiten para cavar con ellas la tumba de los negocios que hasta ahora les hicieron ricos.

Quien paga sueldos nimileuristas no puede ser tan tonto como para creer que el resto de empresas no harán lo mismo que él y que, por lo tanto, al cabo no habrá consumidores capaces de comprar lo que él tanto necesita vender. Es obvio. Falta solo saber cuánto tardarán en darse cuenta y a cuánta gente habrán destrozado para entonces.
Aviso de que mi huelga particular empezó antes del 29 y que se prolongará mucho después. ¿Y la de usted?

Carlos Gorostiza

10 comentarios:

  1. Pero la entrada del oulet es para que nos acostumbremos a sueldos oulet ¡

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    1. Sí, Miquel, tienes razón, habrá que dejar de ir al outlet.
      Salud

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  2. Muy bien dicho, aunque no sea tuyo. Opino lo mismo: en la mercería del barrio me atienden mejor que en caldezonia y que en intimissimi.

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  3. No hay que ir a estos comercios de multinacionales o franquicias, sólo les interesa el beneficio inmediato y no se preocupan por atender bien. En la tienda de barrio se ofrece mejor calidad, todo es más sostenible, el tendero te atiende solícito, además suele ser un entendido que conoce el producto y todo sale mucho más a cuenta y es de mejor calidad. Hay que huir de supermercados y de grandes almacenes.
    Salud

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  4. Subscribo la entrada entera. También, como otros muchos, llevo en huelga largo tiempo y supongo (me da la espina), que para siempre.

    Un fuerte abrazo, amigo Francesc Cornadó.

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    1. Sí, Higinio, esta puede ser una de las mejores soluciones, limitando el consumo, volver a las formas de vida no ostentosas, volver a los ideales clásicos de austeridad. No se puede pensar que la solución esté en ir creciendo indefinidamente. Con moderación y austeridad todo se hace más sostenible.
      Salud

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  5. El sentido común acabará por imponerse, aunque según Santiago Niño nos falta un tostao hasta volver a la senda de la tranquilidad. Es todo muy complejo Francesc, si no vamos siquiera al supermercado ni a la gran superficie, esos trabajos se pierde...no sé, al Corte Inglés ni pisarlo, vive dios.

    Saludos cordiales.

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    1. Ojalá se imponga el sentido común. Tengo pocas esperanzas.
      Realmente todo es complejo, no entiendo casi nada y confío muy poco en la buena voluntad del hombre, la historia nos ha ido demostrando que vamos recorriendo una larga senda hacia la perfección de la barbarie. Estoy apuntado en la lista de los hombres más pesimistas del mundo.
      Salud

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