viernes, 29 de noviembre de 2013

Privatizar

Privatizar los servicios públicos es una tarea que no requiere demasiada imaginación ni es demasiado complejo. Cualquier politiquillo de mala ralea puede hacerlo, no hace falta tener una gran inteligencia, solo con no tener escrúpulos, ni ética ni moral y con ejecutar tres o cuatro pasos, aunque sean torpes, se consigue que lo que es de todos, pase al bolsillo de unos pocos. Las operaciones son las siguientes:

1)    debilitar el sistema público mediante recortes económicos
2)    esperar un poquito a que se deteriore el sistema atacado
3)    ofrecer una alternativa privada que simule sustituir el bien público
4)    favorecer con ventajas fiscales la contratación de un servicio privado.

Estas cuatro operaciones se pueden realizar con gran facilidad, sobre todo cuando el que manda tiene mayoría absoluta y el que recibe las tortas es una población enajenada por el deporte y por el espectáculo mediático. Ni que decir tiene que una manada de buitres vuela alrededor, dispuesta a llevarse el cadáver de la sociedad herida de muerte.

Cuando se dan estas condiciones, nadie protesta, y así cualquier político, por tosco que sea, consigue privatizar hasta el aire de lluvia y el agua que respiramos.

Privatizar es fácil, cualquier mente obtusa facultada para el ejercicio de la política, puede hacerlo, además si se equivoca o comete alguna tropelía, tiene detrás una justicia lenta, parcial e ineficaz que lejos de condenar, aplaude.

Con las cuatro operaciones se consigue privatizar el sistema público de pensiones:
se liquida la Seguridad Social y toda la ciudadanía se ve obligada a contratar un plan de pensiones, esto se acompaña con desgravaciones fiscales a los que contraten un plan de pensiones.

Se consigue privatizar la enseñanza pública y universal:
se recorta el presupuesto de educación, se jubila a los profesores y se subvenciona a la escuela concertada, la que separa los niños de las niñas, la que pone símbolos en las aulas, la que favorece el clasismo...

Se consigue privatizar la sanidad pública:
cerrando hospitales, eliminando prestaciones y cobrando los medicamentos; luego se favorecen las mutuas privadas que se preocupan más de sus balances que de los pacientes.

Se consigue privatizar la investigación científica:
cerrando líneas de investigación, cortando becas de post grado, dejando que nuestros talentos se marchen a las universidades y centros de investigación del extranjero y luego se permite la entrada de las multinacionales y el capital privado a los laboratorios públicos dejando que el capital privado determine qué líneas de investigación hay que desarrollar, naturalmente aquellas que benefician su cuenta de resultados.

Se consigue privatizar los servicios de asistencia social y de ayuda a la dependencia:
recortando los presupuestos a las entidades sociales, externalizando servicios y cerrando centros de atención, después se favorecen mediante ayudas a las empresas “prestadoras” de servicios.

Y así se puede privatizar la justicia, la policía, la recogida de basuras, la gestión del agua, las redes de alta tensión, las gestión de licencias de obras, la gestión urbanística y ordenación del territorio, los planes hidrológicos, la conservación del patrimonio artístico o histórico, las políticas de cultura y museos, los transportes públicos, las televisiones y radios públicas, las bibliotecas, la “roja”, etc. En este plan pueden llegar a privatizar hasta la monarquía y la iglesia que por cierto, ya están  privatizadas.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

La originalidad

Los textos clásicos  han servido de pretexto en multitud de ocasiones, a partir de ellos se ha generado una literatura plagiada de gran calidad.

Los autores greco-latinos dejaron escritas muchas historias que se han ido copiando. Copió Shakespeare, copió Espriu, sin que nadie pueda poner en duda la aportación magnífica que estos autores copiones han hecho a la historia de la literatura.

Nihil novum sub sole.

Copiar requiere haber leído, saber qué escribieron los autores de la antigüedad, los medievales, los del renacimiento o los moralistas franceses; requiere conocer la literatura de todos los tiempos y recordar.

Y ahora que las sociedades de protección de los derechos de autor, que tanto velan para evitar el plagio, ahora que tanto se valora la originalidad, llego a creer que muchos autores son originales porque han leído muy poco y no saben nada de nada y están convencidos de su originalidad sin darse cuenta de que lo que ellos dicen ya estaba dicho antes y además pretenden convencernos de ello.

Prefiero una buena copia que un mal original, prefiero tres buenas versiones de Antígona que una novelilla original de algún autor mediático, a los que les agradezco un buen silencio.

Todo lo que he dicho vale también para la arquitectura.

martes, 26 de noviembre de 2013

El Greco

 
Laocoonte 1608. Domenikos Theotokopoulos (el Greco)

El Greco es el pintor de los cuerpos enjutos. Aprieta las líneas y constriñe los perfiles. Es como si las figuras que pinta sufrieran el síndrome de la austeridad espacial o padecieran escalofríos estomacales. Los cuerpos representados son cerúleos, del color de la carne mórbida, casi traslúcidos y violáceos de piel, de tal manera que transmiten al espectador unos retortijones difíciles de aliviar.

Llegué a creer que el síndrome de austeridad espacial, que el Greco contagia a sus cuadros, tiene su origen en los años de aprendizaje en su Creta natal, donde el pintor se instruyó en la pintura e iluminación de iconos pequeñitos. Podría ser lógico pensar que, acostumbrado a resolver sus composiciones en el espacio reducido de un icono, donde el pintor se ve obligado a mesurar las líneas con austeridad, ahora, al pasar a la dimensión del lienzo o de un retablo, la composición continuaría enjuta. Siendo así podríamos afirmar que se trata de un problema de cambio de escala mal resuelto.

No creo que vayan por ahí las cosas, y tampoco acabo de estar convencido de que el constreñimiento de sus figuras sea un reflejo del restriñimiento digestivo que el propio pintor padecía o del mal de la santa locura que sufría este pintor recaído en Toledo.

Prefiero sublimar el problema y creer que la obra magnífica de Domenikos Theotokopoulos es la expresión de un alma demasiado atormentada y de un espíritu nervioso que no entiende el orden racional del mundo, aunque Aldous Huxley insistiera en los problemas del aparato digestivo de el Greco, asegurando que “todo ha sido transformado por el Greco en mucosidades, peritoneos... Como una resurrección del tubo digestivo”,

Contemplando su Pentecostés, Ortega y Gasset aseguró que esta obra era fruto de “un ataque de nervios” en la cumbre “frenética del espasmo”

Sean espasmos o frenesí religioso, agitación ascética, arrebatos o paroxismos de austeridad, fallos en el digestivo o una visión estrábica de la realidad, el caso es que la obra de el Greco, como en todo el arte que se hacía en Europa, la influencia religiosa pesa demasiado.

Frente a los tenebrismos y al dogmatismo de la Contrarreforma, preferimos un arte lene y benévolo, aspiramos a un Miguel Ángel profano, laico, tratable, mundano y social.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Hegel y Casanova, dos señores ordenados


El señor Georg Wilhelm Friedrich Hegel fue un prosaico ordenado

Hegel fue un prosaico que se convirtió al romanticismo.

El psicólogo Scharfstein dijo que las ásperas cimas de los Alpes evocaban en Hegel “la dolorosa inmovilidad de la depresión” y que las cascadas de agua representaban para el filósofo “el placer de la liberación”.

Hegel en compañía del poeta Schelling se convirtió en un romántico revolucionario. Como resultado de sus lecturas y del estudio de Spinoza, Hegel, abandonó las distracciones que le proporcionaban la poesía, la blasfemia, el uso de palabras soeces y la redacción de su diccionario enciclopédico y se dedicó en cuerpo y alma a la filosofía.

Al morir su padre en 1799, Hegel recibió una herencia de mil quinientos táleros. Con esta cantidad en su bolsillo fue a pedir consejo a Schelling para que le recomendara una ciudad pequeña donde poder vivir sin gastar demasiado, una ciudad que tuviera, además, una cocina sencilla, una buena biblioteca y una cerveza pasable (ein gutes bier).

En 1801 fue a vivir a Jena, que por aquel entonces tenía una fábrica de cerveza instalada en un hospicio. Cabe decir, por cierto, que Jena tiene una de las peores cervezas de Alemania, lo cual pone en evidencia, que ni el poeta ni el filósofo sabían demasiado de cervezas.

En la universidad de Jena (finales del siglo XVIII) Schiller impartía clases de historia, los hermanos Schlegel y el poeta Novalis establecían la primera escuela romántica alemana y el filósofo idealista Fichte explicaba la filosofía de Kant.

Cuando llegó Hegel a Jena, todos aquellos habían marchado y Schelling, que entonces tenía veintiséis años, estimulaba a los estudiantes con el entusiasmo romántico de su filosofía de la naturaleza.

Mientras Hegel escribía la Fenomenología del espíritu, su patrona le acusó de haberla dejado preñada. El filósofo rechazó tal acusación al tiempo que daba la bienvenida a Napoleón cuando éste entraba en la ciudad. Hegel abominaba la burocracia prusiana y creyó ver en el francés la síntesis de las cosas. “Vi a Napoleón, el alma del mundo, montado a caballo por las calles de la ciudad” y el filósofo celebró la conquista de Jena por Napoleón Bonaparte.

Más tarde se arrepintió, pero jamás se lo dijo a nadie, pues demasiado ocupado estaba con su ‘tesis - antítesis - síntesis’.

Hegel quiso resumir su tríada y como que era un hombre con gran capacidad de síntesis sólo necesitó diez volúmenes para resumirla.

La edición definitiva de sus obras que publicó la Deutsche Forschungsgemeinschaft tiene más de cincuenta volúmenes.

El señor Giacomo Casanova fue un racionalista ordenado
 
Giacomo Casanova fue un habitual de jardines húmedos contemplados desde lo alto de la ventana y un observador de lunas claras que lucían al otro lado de la ventana.
Entendía el erotismo como la luz del amor del siglo XVIII, clásica y sin trémolos. Casanova fue la máscara de una declinación secreta, fue la vicisitud fugaz en manos de un imperio avaro, el imperio de la república del deseo.

A la sensibilidad de su tacto se agotaban los cuerpos usados. Reconocía entre las damas de la creme y las cortesanas, aquella doncella que apunta las maneras de puta como las de su madre o su abuela. Acariciaba los áridos suspiros de la dama estudiosa, de la sensible y la de corazón noble.

Casanova, entre sábanas y libros, preconizaba un clasicismo ordenado y racional. A madamme Odette, Casanova le dijo: mi ocupación principal, señora, siempre a sido la misma, tener cuidado del goce de los sentidos; nunca he tenido nada más importante que hacer.

Casanova habla de sentidos y no de sentimientos. Realmente era un racionalista ordenado.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Repostería



Hay dos grandes reposterías en Europa, la lusitana y la austríaca. En los dos casos podemos comprobar que se trata de una pastelería de elaboraciones importadas, de mestizaje, de asimilación y de aceptación de la variedad.

Ocurre con la repostería, lo mismo que pasa con las civilizaciones y culturas: el mestizaje y la fusión enriquecen.

Los pasteleros de Lisboa y de Viena llevaron a sus obradores el conocimiento y las elaboraciones de ultramar o los aromas y dulzuras del oriente y con estos ingredientes hicieron una repostería exquisita, adaptada a su clima y concordante con su cocina.  

Después de contemplar las fachadas de sus edificios, que aún conservan el esplendor de su rico pasado colonial o imperial, tanto en Lisboa como en Viena, he degustado pasteles exquisitos. Afortunadamente el dulzor del pastel, casi siempre, me ha hecho olvidar cual fue el color y el origen de aquellas riquezas pasadas y fuera del comedor, he dejado para otros la mala digestión del colonialismo o la dominación, pues son otros los que tienen que entonar el mea culpa.

ººº

La repostería de Lisboa tiene un exceso de huevo, demasiados ovos moles, ovos de Chaves, ovos de Mirandela u ovos de Vianha, pero es una repostería ilustre, como lo podemos comprobar saboreando unas freiras de canela o es mesuradamente neoclásica, tal como lo acreditamos cuando degustamos el roscón de Pombal, esponjoso y sutil. Las elaboraciones de chocolate son deliciosas, no olvidemos que los bombones rellenos de licor nacieron junto al claustro de los Jerónimos, cuando desde la torre de Bethlem despedían a los marineros que marchaban con rumbo a las Indias Orientales. Legaron a Lusitana los azúcares de caña, la piña y la canela, las frutas de África, de la India o del  Brasil. Aquí saboreamos la exquisitez de los flanes de ananás y de las roscas de naranja.
En la repostería lusitana, ilustre y genial, se proyecta el esplendor de ultramar pero hoy, para desgracia de todos, estos pastelillos están ganando en decrepitud igual que las fachadas de Oporto y Lisboa.

ººº

La repostería de Viena es la repostería austrohúngara. El obrador de los pasteleros vieneses recoge la tradición rumana de los cozonac navideños y las tartas dulces de pan de jengibre, los baclava otomanos o las delicias turcas de los rahat. El lapte de pasare (leche de pájaro) que es un helado de vainilla con merengue, convive con la repostería  de trigo hervido con semolina y con las sopas edulcoradas con pasas y miel.  En la pastelería de Viena se proyecta la tradición bávara, húngara, bohemia y judía e incluso genialidades que provienen de Lombardía. Los strudel, bollos y los dulces acompañan al extraordinario café vienés, un auténtico universo de galletas: las Vanillekipferl (vainilla con nueces o almendras), las Palatschinken de origen húgaro, las Buchteln con mermelada de albaricoque, etc. De Styria llega el Heidensterz que es una especie de torta muy fina elaborada con harina de alforfón, de Salzburgo los extraordinarios merengues Salzburger Nockerln. En conjunto nos encontramos con una verdadera fusión de civilizaciones que parte de la corte de los Habsburgo y hace que esta pastelería sea única, como las fachadas de la Sezession o la contestación de Adolf Loos.

ººº

Variedad en los escaparates de las pastelerías y de las librerías, significa variedad de ideas y riqueza de civilizaciones.

jueves, 21 de noviembre de 2013

La intuición


La intuición es lo mismo que lo otro, pero más rápido.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Ostrogodos, germanos, hunos

Primero unos, después otros. Traen creencias, armas y herramientas de ataque. Algunos aseguran que su poder procede de antiguos dioses y que esto les faculta para formar un estado.

Los estados son una pura entelequia. Surgen de la nada, crecen y se desarrollan administrando la venganza y mueren dejando un reguero de sangre que mancha las páginas de la historia. Desaparecen más o menos repentinamente o se disgregan poco a poco como una roca erosionada por la estulticia humana.

No hay reino que cien generaciones dure. Las aristocracias, las bandas de guerreros, los políticos pendencieros y el poder simbólico o religioso, todos ellos son temporales. La verdadera población es la que estaba antes de que viniera la pandilla de camorristas. La verdadera población, esclavizada de una manera u otra, ha de soportar la violencia del bárbaro y cuando éste desaparece, la población queda a la espera de otros que llegarán para administrar una nueva forma de venganza.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Antoni Gaudí

Siempre que hablo de Gaudí lo hago refiriéndome a la concepción estructural de su arquitectura. La estructura define el espacio arquitectónico y hablar de la obra de Gaudí es hablar de estructura, de cálculo -de cálculo gráfico, no analítico ni informático-, de sistemas vectoriales, de polígonos funiculares, de aplicación de fuerzas y de su traslación a la piedra, de estereotomía, es decir del corte de la piedra.

Al principio de mis estudios de arquitectura tuve el placer de encontrarme con profesores que aún nos enseñaban los antiguos métodos del cálculo gráfico. Dibujábamos las fuerzas, trazábamos polígonos funiculares para determinar la intensidad y el sentido de los empujes, dibujábamos polígonos de Stevin y sistemas de Cross para hallar las resultantes. Con estos métodos, siguiendo la dirección de las fuerzas dibujadas sobre el papel ya veías cómo iban a ser los pilares y las vigas. Ya íbamos definiendo el espacio arquitectónico.

Pero para evitar meterme en marañas de estructuras voy a referirme al sentido formal y estilístico que subyace en la obra de Gaudí.

Nos encontramos en plena efervescencia del Modernisme, cuando la Renaixença ya había apuntado un bosquejo de nación, había trazado sus límites físicos, históricos y espirituales. Buenaventura Carles Aribau había compuesto su Oda a la Pàtria, Valentí Almirall había convocado el Congrès Catalanista y Verdaguer sentaba las bases de una lírica popular que acercaba el sentimiento catalanista a todas las capas sociales.

En este caldo de cultivo, la Cataluña de la segunda mitad del siglo XIX anduvo buscando un pasado épico, una epopeya nacional donde asentar sus cimientos heroicos.

Todos los pueblos que tienen una vocación genuina y diferenciada de nación, han buscado unos orígenes más o menos míticos, más o menos heroicos y a partir de ellos han cimentado su historia. Es el caso de las epopeyas de Homero para la Grecia clásica, la fundación de Roma por Rómulo y Remo, y en España se removió la historia para encontrar en el Cantar del Mío Cid una epopeya caballeresca o quizás más antiguamente las andanzas del pastor Viriato que con la honda en ristre se enfrentaba al Imperio Romano.

En Cataluña, se hizo también. Se indagó en un pasado medieval, en canciones de trovadores, en leyendas de condes, Guifrè el Pilós, el conde Arnau, etc., se recurrió a las gestas de santos y guerreros y se situó la epopeya nacional en la edad media, momento en que nacía una Cataluña independizada de los reyes francos.

El modernismo adoptó y fue consolidado formalmente este pasado medieval. En música nos acercamos a Wagner, Barcelona, segunda ciudad wagneriana del mundo; el romanticismo tardío, que se expresaba con un carácter nacionalista, llegó con las partituras de Morera y a los coros de Aselm Clavé. Pero donde mejor se expresó el medievalismo fue en la arquitectura, en la obra de Domenech i Montaner, de Puig i Cadafalch y otros que colocaron elfos y dragones en las fachadas.

Con este lenguaje medievalista se expresó Gaudí. Podemos decir que Gaudí petrificó la épica nacional que habían esbozado los ideólogos y artistas de la Renaixença.

Domenech i Montaner, en 1878 en le revista “La Renaixença” publicó el famoso artículo “en busca de una arquitectura nacional”, artículo que ha sido considerado como el manifiesto fundacional de la arquitectura del modernismo, en él manifestaba:

“Siempre que una idea organizadora domina un pueblo, siempre que irrumpe una nueva civilización, aparece una nueva época arquitectónica”

Domenech habla de “época arquitectónica”, naturalmente esto se refiere a un cambio estilístico en relación con su época precedente, un nuevo proceder en la construcción, sí, pero fundamentado en aquella epopeya fundacional. En aquella Edad Media de condes y trovadores.

Gaudí construyó el espacio arquitectónico a la manera de la Edad Media, sus formas de trabajo eran las propias de las arquitecturas anteriores al Renacimiento. Gaudí no hace proyectos, Gaudí realiza “actos arquitectónicos”,  Gaudí no dibuja un proyecto global, Gaudí dibuja en obra, da instrucciones de detalle a los operarios y a sus ayudantes, indica cómo debe construirse un determinado arco o un capialzado, pero no encontramos un dibujo general del edificio en su conjunto. Gaudí calcula las deformaciones de una estructura mediante maquetas de trapo y después hace un modelo en yeso de un caso particular, de una bóveda parabólica, de un arco escarzano, y esto le sirve para construir aquella bóveda parabólica o el arco. Vive en la obra, traza sobre el terreno, corrige detalles concretos. Gaudí procede como lo hacían los arquitectos anteriores a Brunelleschi. Este proceder de Gaudí concuerda con su lenguaje arquitectónico. Son formas medievales y una puesta en obra según procedimientos medievales. 

 
Gaudí, sin embargo, fue más allá del lenguaje medievalista y expresó su pathos y su idea de Cataluña con la piedra, y sus paramentos y cubiertas derivaron hacia el expresionismo, sutil a veces, como en la casa Milà, y brutalista, otras veces, como en algunos detalles del Park Güell.

En la Sagrada Familia, Gaudí expresa una idea de Cataluña, la que entronca con aquella épica fundacional y la que aspira a la modernidad europea.

Por otra parte quiero destacar que la concepción de la arquitectura por parte de Gaudí se aborda desde ámbitos ajenos a la arquitectura, quiero decir que Gaudí plantea un discurso arquitectónico que utiliza elementos que provienen de la religión, de la naturaleza, de su concepto de nación, pero en ningún caso se fundamenta en otras arquitecturas que le son contemporáneas, esto hace que jamás caiga en el manierismo, jamás su arquitectura habla de arquitectura, sino que lo hace de la naturaleza y de su pathos personal, sólo así se alcanza una originalidad que otros, imitándolo, no podrán continuar.

domingo, 17 de noviembre de 2013

De faros, corazones, piratas y tesoros



No voy a dejar de hablar
ni me pidas que no piense.
No, Rimbaud, no me lo pidas,
aunque el amor, por más grande que sea,
penetre como un rayo dentro de mi alma
y me nuble el juicio
en la noche de brumas románticas.

Solo, me iré lejos, muy lejos,
con la esperanza desordenada,
si en la otra orilla me aguarda
el faro de la razón,
un corazón valiente en plena lucha
o un pirata que conoce el secreto
de los tesoros ocultos.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Un camino hacia lo artificial

Venus de Arlés. Praxíteles

El arte es artificio y con él nos podemos acercar a la belleza con prudencia y con tiento.

Esta diosa, cuyo rostro enuncia lo terrible, tiene una mirada petrificante y sólo con astucias o estratagemas podemos conseguir contemplar a la Gorgona, camuflados para evitar que su mirada nos convierta en un bloque mineral.

La belleza nos puede atacar con su visión estática, ya nos lo advirtió Stendhal.

Después de andar por un sendero bordeado de pitas, con paso cauteloso y con socaliña conseguiremos observar la faz terrible y placentera de una diosa.

Sí. Podemos caminar por la senda del arte, por la senda del artificio y llegar hasta donde está la belleza.

¿Es recatada o se ofrece? No, ella nos tiende su red, ella es la tarántula extrafísica, agazapada en nuestra mente.

En esto reside gran parte de la grandeza del ser humano: ser capaz de movilizarse en pos a una idea intangible.

En esto reside, en gran parte, la inutilidad de muchas acciones del ser humano.
 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Normas caras

Una pachanga arquitectónica

En el margen derecho de este blog ya lo digo: estoy convencido de que la arquitectura debe estar al servicio del hombre.
 
La arquitectura bien hecha, ha de servir para procurar un habitat digno a todo ciudadano y además, como una de las bellas artes que es, debe configurar nuestro conocimiento estético y expresar el signo del tiempo en que ha sido construida.

Pero también es cierto que la arquitectura, constantemente y en casi todos los periodos de la historia, ha sido una herramienta en manos del poder. Algunos dicen que esta es una manera de expresar el signo de su tiempo, naturalmente será el signo del poder de su tiempo. 

Antes de esta maldita crisis, en los años de la ostentación, se construyeron muchos disparates arquitectónicos, aquella arquitectura expresó el lujo y la presunción, obras que se levantaban sólo para satisfacer la vanidad y bolsillos de los gobernantes, de los poderosos y de los arquitectos mediáticos de "campanillas". Ni que decir tiene, que también se levantaban para generar plusvalías más o menos fraudulentas y para crear bolsas de especulación y de corrupción. Este fue el signo de aquellos tiempos que ahora nos toca sufrir. 

Aquellas obras ostentosas se construían con una normativa que exigía sobredimensionados en las instalaciones y en las estructuras y que, justificadas por la seguridad y el confort, obligaban al diseño de unos edificios carísimos que tuvimos que pagar. Parece que de aquella lección se haya aprendido poco, pues la normativa de entonces continúa vigente. Una reglamentación que parece obligarnos a comer caviar todos los días.

¿Por qué tenemos normas de un país rico siendo, como somos, un país pobre; un país empobrecido?

domingo, 10 de noviembre de 2013

Un alarde de transgresión



“Allí donde no hay problemas, voy yo y los creo”.

Así se expresaba Richard Wagner haciendo un alarde de transgresión artística. Bien, ya sabemos que la historia del arte es la historia de la transgresión y a los grandes artistas les corresponde quebrantar las ideas anquilosadas, contravenir y vulnerar el orden formal existente y revitalizar el canon.

Pero ocurre, demasiadas veces, que muchos “artistas” ceden al político la tarea que expresaba Wagner, y el politiquillo se lo toma en serio y ‘allí donde no hay problemas, va y los crea’.

El canto del eunuco

 
Templo de Trajano en Pérgamo
  
El otoño de mis días añora las primaveras olorosas. Los atardeceres son tristes. Lejos quedan los amores de Lisímaco y el premio a mi fidelidad.

¡Ay! Querida Pérgamo.  Mi querida Pérgamo...

El dolor de mi castración infantil se pierde en la noche oscura. Nunca he querido retener dolores ni quimeras.

Me esforcé por transmitir a los ciudadanos libres la razón del placer y de la belleza.

Lo que fue gozo de los sentidos se convirtió en una satisfacción plena y racional al ver la prosperidad de mi pueblo y hoy contemplo, en medio de los recuerdos placenteros, las antorchas del bienestar.

Siento, todavía, los antiguos cantos a boca cerrada y los coros de niños entonando monodias persas.

El comercio con Oriente nos trajo riquezas y conocimientos. Estimamos a nuestros visitantes, los recibíamos con sonidos de cítaras, salterios y arpas. Los eunucos entonaban las viejas canciones de Nínive y los mercaderes eran acogidos por doncellas y efebos con bálsamos de rosas de Alejandría y ungían sus cuerpos con cremas de miel y de polen.

Con el arte, la razón y con sillares de basalto, que nos hicimos traer del Cáucaso, edificamos la magnífica biblioteca. Pedimos a nuestros artistas que levantaran la mejor arquitectura posible para almacenar en ella los antiguos papiros egipcios y las losetas mesopotámicas y nuestros sabios transcribieron al pergamino toda esta sabiduría.

Ahora que los médicos me piden que deje las responsabilidades de gobierno me adentro en los recuerdos de la sensualidad perdida. Respiro la memoria de aquellos olores de agua de melisa, de sales de lavanda ambarina y de lavanda imperial, de vinagres aromáticos y fragancias de mirabolano.

Recuerdo las fiestas de palacio, justamente aquí, en el atrio de poniente, que entre granados, olores de nardo y de heliotropo, bailaban las jóvenes de Mísia. Los esclavos etíopes se encargaban de perfumar los salones y el paraninfo con óleos de lavanda e inciensos creativos.

Nunca levantamos la espada contra los vecinos. Nunca envidiamos a Antioquia ni Rodas. Fundamentamos la prosperidad de Pérgamo en el conocimiento, en la ciencia de la medicina, en el comercio y en la fabricación del pergamino. Esta industria la iniciamos cuando los lágidos se negaron a la exportación del papiro, tal vez alguien nos pueda reprochar que quisiéramos hacer de aquello un negocio oportunista, pero hay que decir que con estos pergaminos hicimos libros que pusimos a disposición de los sabios griegos.

Aún se me conmueve el corazón cuando veo, depositado en la magna hornacina de la biblioteca, el Zend-Avesta y todavía recuerdo los consejos de los sabios que me animaron a emprender la transcripción al pergamino del pensamiento de Zoroastro; utilizamos ciento veinte mil pieles secas de vaca para redactar los veinte libros de cien mil versos cada uno que componen esta maravilla.

Estos recuerdos son la fuerza que me sustenta. Ahora no me hacen ningún efecto los elixires dulces de quina y de rosas que me prescriben los físicos, tampoco la hidromiel y el vino de las montañas de la Magna Grecia me producen los antiguos placeres de juventud.

Mi cuerpo anciano no goza de otro placer que no sean las remembranzas, ahora todo está en mi mente. Creo haber servido de puente entre los placeres sensuales de los persas y seléucidas y el placer mesurado de los helenos.

En mi senectud los silencios de la luna me despiertan el sueño. La noche llega por la celosía de listones de cedro con un aire fresco que me besa el rostro y siento una sensación primitiva en la piel que ya no añora la complejidad de bálsamos ni tónicos. Hoy no necesito ni las leches vírgenes de higuera salvaje ni los polvos perfumados de arroz, aquellos que acariciaban mi cuerpo joven cuando se disponía a dormir. Tampoco los baños de espumas de manzanilla, de hamamelis y de menta, ni sales de granada o talcos mentolados.

Estos recuerdos táctiles contrastan hoy, con mi piel áspera de eunuco que deberá dejar Pérgamo. Este Filétero que ha sido sólo un puente de paz y que ha querido llevar la poesía a los hombres libres es hoy mi cuerpo viejo.

Y ahora te dejo estimada Pérgamo en manos de mi hermano. Eumenes sabrá mantener el amor a la belleza y con cuidado guiará al pueblo hacia la felicidad.

nota del autor:

Filétero fue un eunuco de la corte de Alejandro Magno, a él le fue concedido el gobierno de la ciudad de Pérgamo que administró con sabiduría. El texto es una reflexión ficticia del eunuco ante la muerte que ya creía cercana.

La muerte de
Filétero no fue plácida. Le inquietaba un peligro lejano. Pérgamo era una ciudad rica, las caravanas habían dejado los beneficios del comercio y, sobre todo, los ricos mercaderes confiaban en la seguridad de Pérgamo dada la protección que le daba su orografía. La riqueza que disfrutaba Pérgamo hacía que sus ciudadanos vivieran en una comodidad que los adormecía en blandenguerías estériles. Era difícil que los jóvenes aceptaran responsabilidades pues todo les había resultado muy fácil de obtener, habían perdido el sentido del valor de los bienes e, incapaces de cualquier esfuerzo, eludían el trabajo y la producción y todos aspiraban a vivir en un lujo improductivo
.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Pérgamo

                                        Pergamon Museum. Berlín

Siento en mi rostro la suave brisa de Poniente. Me trae el aire fresco de la isla de Lesbos. ¿Quién sabe si este airecillo llevó a Pérgamo los versos de la excelsa poetisa, la bella de doble espejo?

Cuando te contemplo
a ti y oigo tus versos, te venero,
viendo la casa estelada de la virgen:
porque es el cielo, ciertamente,
que te corresponde...

¿Quién sabe si estos versos fueron el punto de unión entre Pérgamo y la cultura helenística?

Ahora, en este paraje dócil, junto a estas ruinas tan nobles, siento la voz de un pasado glorioso. Me llega al oído la algaraza de una ciudad bien gobernada que supo sortear los conflictos y que jamás levantó las armas contra los enemigos, un pueblo que prosperó en la ciencia de la medicina y fue amable con los mercaderes que acudían a sus plazas.

Estas costas de suelo podsólico, de tierras rojas donde crecen entre pedregales, unos arbustos de poca altura; estas costas de suave pendiente conservan la huella de un pueblo que supo acomodarse en la ilustración griega, que fomentó la ciencia y el arte sereno que llegaba de Poniente.

Pérgamo que abrió su horizonte más allá de los reinos seléucidas, mirando al mar, que creció donde el Caico y el Cetio juntan sus aguas, permanece hoy en el olvido, con tesoros expoliados y con la memoria de Lisímaco perdida en el tiempo. ¡Oh Lisímaco, tu que nombraste al eunuco Filéteros como gobernador de la ciudad!

Hoy, por los caminos de la Misia, aún me parece escuchar el eco antiguo de la prosperidad que vivió Pérgamo bajo el gobierno de Filéteros. El eunuco fue amante del arte y la poesía y supo infundir este amor en el corazón de sus conciudadanos. Gobernó a la luz de la belleza. En Pérgamo se combinó el orden clásico con el hedonismo y el goce de los sentidos.

Veo los sillares caídos, esparcidos por el ancho cerro y me lamento por la pérdida de la magnífica biblioteca que conservaba el conocimiento heredado de la antigüedad y el esfuerzo de los sabios que transcribieron al pergamino los textos cuneiformes de las tablillas de arcilla.

A pesar de la luz tan clara de este cielo “cuando en el tiempo de primavera trisa la golondrina...” siento la violencia del expolio arqueológico que los pueblos bárbaros han hecho de tus tesoros. Me lamento mientras resuena sobre estas paredes, hoy tan pobres, el canto del eunuco.

Tus piedras hoy recogidas, asépticas, limpias, bajo un tragaluz me hablan de expolio.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Sederunt principes

Signo I (2003) Pablo Palazuelo


Unas voces acostumbradas al canto,
más que a la plática,
una larga monodia gregoriana
que en neumas se anotaba,

Sederunt principes resonaba,
entre el fango y el púlpito,
y la canturria se confundía
con el hambre y los retortijones.

Ninguna canción hasta que llegó
Beatriz a sus nueve años,
ningún soneto hasta que  el amor
bajó del cielo a la memoria.

F.C.

Paolo Uccello



Paolo Uccello (1397-1475)
San Jorge y el dragón. 1470


Un análisis iconográfico:

1) El dragón parece que vaya a enfrentarse con Mazinger Z.

2) La nube en espiral podría ser un peinado de Lady Gaga.

3) El caballo blanco está sacado de un tiovivo.

4) San Jorge con cara de niña no da la impresión de estar pinchando un dragón, más bien parece que esté mirando un mensaje de facebook.

5) Los zapatitos de la princesa son una propuesta de un diseñador de zapatos de tendencia.

6) La princesa es un holograma, como todas las princesas.

7) La musculatura de la princesa está modelada en un gimnasio de monjas de clausura.

8) La princesa lleva el dragoncito a pasear como quien lleva un yorkshire terrier, atadito con una cuerda que tiene la tensión de una catenaria flácida.

9) La cueva del dragón no es de cartón piedra, es de papel maché.

10) La zona ajardinada es un anticipo de los parterres de Versalles.

Ciertamente no podemos decir que Paolo Uccello fuera un anticipo del surrealismo como han afirmado algunos estudiosos, más bien creo que se trataba del mejor humorista gráfico de quattrocento.

martes, 5 de noviembre de 2013

Pandora


 
Pintura. Zao Wou-Ki (1920-2013)


Del ánfora de Pandora
han salido gavilanes
que han volado sobre los montes,
hasta los confines del mundo.

Sus sombras no han dejado
que la luz del sol llegara
a los abundantes frutales
y el hambre no se ha hecho esperar.

Los rosales se han secado
y sus tallos resecos tienen
sus espinas más punzantes.

En la oscuridad de las calles
los neones iluminan con un grito
de abundancia y engaño.



La luz del amanecer penetra
entre las aves como un sable,
y su resplandor metálico
se refleja en bagatelas y espejitos.

Ninguna espina del rosal es benéfica,
ningún tren llega a la estación
con el cargamento debido,
sólo transportan bultos de promesas.

Sentados en el andén esperamos
la llegada de otros trenes
pero pasan y no se detienen.

En el fondo quedó la esperanza,
pero del ánfora de Pandora
salieron aves muy negras.


F.C.

domingo, 3 de noviembre de 2013

El poeta interior


Mujer durmienendo. El sueño (1963)
Antonio López García

El poeta interior que late siempre, susurra desde un lugar oscuro.

En el sueño se manifiesta esporádicamente.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Piero della Francesca

Doble retrato de Federico da Montefeltro y Battista Sforza (1465-1472)
 
Piero della Francesca. Piero di Benedetto dei Franceschi; llamado también Pietro Borghese, (1415-1492) 
 

Autorretrato. Detalle del fresco de La Resurrección

Piero de la Francesca, como otros artistas del quattrocento florentino, observó la naturaleza con detalle, miró el paisaje, puso el punto de vista en el centro y dedujo las relaciones métricas de todos los elementos que capta el ojo humano.

Representar la realidad era, para los artistas del primer Renacimiento, entenderla,  escudriñar hasta sus más íntimos detalles y a partir de sus observaciones, deducir el sentido de una existencia razonable, sin subordinación a ningún arcano. Era, en definitiva, constatar cómo puede sobrevivir el hombre frente al misterio, sin necesidad de recurrir a la sinrazón dogmática.

Piero della Francesca se interesó más por la pintura que por la enjundia interior del cuerpo representado. Se preocupó más por la representación del movimiento que por la esencia de lo que se mueve. Intentó explicar las proporciones de la naturaleza, sin inquietarse ante la posibilidad de que existiera una médula espiritual o un alma en el interior de las geologías, de los paisajes o de los seres vivos. Le interesaba el contorno, la piel y las formas todas, más que el alma o el hálito divino.

En este sentido podríamos decir que su obra está más influida por la matemática que por el neoplatonismo.

Piero della Francesca -Piero di Benedetto dei Franceschi; llamado también Pietro Borghese (1415-1492)- fue un “sereno humanista”. Su preocupación por la representación en perspectiva le llevó al estudio profundo de la geometría euclidiana.

Debido a su mentalidad matemática prefirió la perspectiva axonométrica aunque, en su obra pictórica, utilizó la perspectiva cónica por ser ésta la más adecuada a la óptica del ojo humano.

Agotadas las formas simbólicas del arte medieval y superado el arte bizantino, hierático y dorado, el artista del Renacimiento observa la realidad y constituye sobre ella una voluntad de arte. Es en la contemplación de la realidad, en su aspecto más directo, con sus colores y con sus formas inmediatas, donde Piero della Francesca busca la belleza.

El hombre de principios del quattrocento encuentra la belleza en la superficie de la realidad, sin interiorizar y sin aspirar a espiritualismos o sustancias divinas. Esto vendrá después con Ficino.