domingo, 23 de marzo de 2014

Desde las Highlands de Escocia hasta la desembocadura del Támesis se extiende un país sin música



Desde las Highlands de Escocia, hasta la desembocadura del Támesis, por lo largo y ancho de la isla británica, el empirismo se extendió entre las nieblas.

Los pueblos anglosajones ponían énfasis en la experiencia sensible. Junto a la chimenea, en el silencio de las sensaciones, desarrollaron una psicología del arte que defendía la subjetividad del gusto.

Para los británicos, la belleza no es inherente a las cosas, sino que se halla en la mente humana, que la interpreta según su criterio personal. Esta relatividad estética parece haberse prolongado hasta nuestros días.

Con este relativismo a cuestas, el sabio Hobbes, otorgó a la imaginación un sentido decadente; según este empirista la imaginación es lo que persiste en la memoria después de que hayan pasado los estímulos sensoriales, yo más bien diría que esto no es otra cosa que un recuerdo estético, pero para Hobbes se trata de una promesa al tiempo que afirma que la belleza es “todo aquello que con su aspecto nos promete el bien”

Así las cosas, creo ver en las tesis de Hobbes un anticipo del puritanismo victoriano.

Después de Hobbes, vinieron Hume con sus criterios sobre el gusto; Addison con los placeres de la imaginación; Hutcheson con sus indagaciones sobre el origen de la belleza y la virtud; y de ahí, vuelta al neoplatonismo con las elucubraciones del conde de Shaftesbury que igual que Ficino decía que la belleza es el primer paso del amor.

Pensaron demasiado para llegar a lo mismo. Contemplando la niebla, disfrutaron muy poco y la música se resintió de ello.

Antes hubo una tradición coral anglicana con Thomas Talls, John Taverner y William Byrd hasta llegar a Henry Purcell, éste se lo comió todo y no dejó nada para los demás. Para los que le sucedieron.

La música de este extraordinario compositor barroco se cernió como una llovizna suave sobre las tierras, desde las Highlands de Escocia hasta la desembocadura del Támesis, y aquella isla quedó inundada con la música de Purcell y después de él, casi nada más.

Inglaterra fue un país sin música. No fue hasta finales el s. XIX, pasado el empirismo, el industrialismo y el orgullo petulante del puritanismo que no volvieron a brotar armonías o melodías sobre las tierras que se extendían desde las Highlands de Escocia hasta la desembocadura del Támesis.

8 comentarios:

  1. El sabio Hobbes dijo una cosa que al igual te suena...
    En su Leviatan pregreñó aquello de : El hombre es un lobo para el hombre.
    Salut

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    1. Sí Miquel, la frase me suena y los hechos lo confirman constantemente. Hobbes lo dijo en Leviatan, antes también lo había dicho algún sabio de la antigüedad clásica, lo voy a consultar en el Aurea Dicta.
      Salud

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  2. Francesc, si es que damos vueltas desde hace tres mil años, con diferentes ropajes, sobre la naturaleza humana, la mejor forma de organización social y política.
    ¿Cómo alcanzar el equilibrio? ¿Cómo lograr que la equidad y el buen gobierno no queden desplazados?
    Sabemos la teoría pero falla la práctica.
    En cuanto a la música, no tienes en cuenta,porque no te gusta, la gran marea del pop, genuino producto británico, que emociona a millones de personas. Let it be, también es una gran contribución a la pacificación universal.

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    1. Querida Amaltea, damos vueltas y vueltas y somos los mismos de siempre, el simio que se peina, los problemas son los mismos de siempre, por esta razón continuan vigentes los clásicos. Amiga, los británicos estuvieron casi trescientos años sin ningún compositor y esto se nota, ya veo que has adivinado que no me gusta el pop, tampoco me gusta el pre-pop y el post-pop, más bien diría que no conozco nada de esto, probablemente me pierda una parte de algún placer, pero creerás que he tenido que mirar en google qué era eso del Let it be.
      Salud

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  3. No sé si a Hobbes le asistía toda o parte de la razón o si, casualmente ka belleza ande todavía parca en ser definida.
    Entre dudas quedaré, y feliz gozando del placer ptoducido con 'KAS músicas a esta parte' del indiscutible
    Henry Purcell.
    Hoy me avengo a unas Odas a la Reina Madre...y y pico más resta decir

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    1. Amiga PMPilar, yo tampoco voy a cuestionar a Hobbes, antes y después de él se han formulado multitud de teorías estéticas, algunas de ellas son verdaderamente irrisorias, pero dejando esto aparte, sí que en cuanto a música, nos encontramos un una escasez manifiesta de obras musicales que recorren por lo menos dos siglos, y miramos la obra dce Purcell y quedamos embelesados, sobre todo por su armonía.
      Salud

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  4. Me gusto mucho este articulo y sobre todo me sirvió para enfocar la belleza desde el punto de vista empírico,gracias.

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    1. Muchas gracias, Paty, por tu visita y tu comentario. En este blog encontrarás muchas reflexiones sobre la belleza y el arte. Son temas que me interesan.
      Saludos

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