martes, 24 de marzo de 2015

Una arquitectura renacentista española



La creatividad de los arquitectos del Renacimiento español es mucho menor que la de sus colegas de Italia o Francia. La torpeza y la rusticidad invaden el panorama arquitectónico de Castilla.

Un medievo teocrático que no acaba de desaparecer se une a las formas arábigo-andaluzas de los reinos nazaríes. Salvo magníficas excepciones, el gótico centroeuropeo no acaba de cuajar en las tierras de la Reconquista. 

A la petrificación de las ideas y a la conquista de los territorios de frontera, se unen, por un lado la vanidad de los conquistadores  -una vanidad acicateada por el oro y la incultura- y por otro lado la intolerancia que se manifiesta con la expulsión de los judíos y con ellos la fuga de talentos.

Sin embargo, en contadísimas ocasiones, un vigoroso ingenio se sobrepone a la rusticidad y, con cierto lirismo, un creador anónimo, ilustrado en sus viajes a Tierra Santa y habiendo pasado por la península itálica, es capaz de juntar las formas renacentistas con el arte mudéjar y, con este refrito levantar algún palacio sobre solares que la Inquisición requisó.

De esta manera, juntando estilos, aborreciendo modernidades, construyendo sobre expropiaciones y echando un vistazo a las vivencias espirituales de los místicos, se forja el estilo renacentista español.

4 comentarios:

  1. No lo había pensado nunca.
    está bien reflejada la última frase.
    Salut

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    1. Amic Miquel, el Renacimiento español tiene muchas carencias. El Renacimiento es un arte de la razón y ésta escasea por encima de esta piel de toro.
      Salud

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  2. Sr Cornadó, yo no entiendo demasiado de arquitectura pero me parece que este palacio de Pilatos de Sevilla que ha traído aquí, no es precisamente el ejemplo de una buena arquitectura, la composición presenta un conjunto de arcos de distintas dimensiones, desordenados y con peraltes adaptados para conseguir unificar las alturas, da la sensación de desorden. Desordenada también es la fachada interior, la que queda detrás de los arcos, presenta una variedad de huecos, puertas, medallones, arquitos, todo sin orden ni concierto. Por otra parte la balaustrada de la planta superior la encuentro aparatosa y desproporcionada en relación a las columnitas que a su lado parecen precisamente piezas del balaustre.
    J. Aubert

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    1. Amigo Aubert, le felicito por su buena observación, sobre todo en lo referente al peraltado de algunos arcos que pone en evidencia una desproporción que desentona y estropea el conjunto.
      En efecto se trata de la Casa de Pilatos de Sevilla, que se empezó a construir antes del descubrimiento de América y se terminó ya bien entrado el siglo XVI. En parte el edificio fue proyectado por el arquitecto Antonio María Aprile que había importado algunas formas del Renacimiento italiano, que aquí se transformaron en una mezcla de clasicismo y mudéjar.
      Salud

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