lunes, 29 de junio de 2015

La circumstància de l’home que passeja per el jardí


Jiménez-Balaguer. Exterior-Interior 1995

La circumstància de l’home que passeja
per el jardí rau a l’ombra d'abril,
entre els pollancres o en el somrís del faune
del brollador.

De la natura n’ha fet un teatrí
on representa els decorats dels somnis
i pels camins de flors es protegeix
de la bellesa.

FC

viernes, 26 de junio de 2015

Nos quedamos cortos



Escritores, artistas, poetas, científicos, todos  -todos-, nos quedamos cortos. Lo constatamos una y otra vez.

En el relato ficticio y en los distintos géneros de prosa, ya sea novela negra, textos eróticos o novela de género, por más que se empeñe el autor en idear argumentos truculentos u originales, siempre se encontrará que la realidad supera la ficción. Todo está dicho y todo queda por debajo de las intrigas de la vida real.

En el arte nos encontramos que el esfuerzo de pintores, escultores, video artistas, performances, instalaciones high-tech, happenings, land-art, arte-povera y cualquier otro “ismo” siempre anda por detrás del drama humano y aunque el dandy del girasol afirmara que la naturaleza imita al arte, el caso es que el arte se queda corto a la hora de facilitar modelos para que la naturaleza los imite.

También la poesía se queda atrás. Por más lirismo que el poeta le eche, por más sentimiento y emoción, siempre el verso permanece en estado contemplativo ante la naturaleza y el dolor del hombre. El final de éste siempre es el mismo, en esto reside el drama humano, y esto lo expresa la poesía quedándose corta. He ahí su grandeza y su cortedad.

Y no nos engañemos. Tampoco dejemos deslumbrarnos por las luces de la ciencia. Ésta escruta los misterios de la naturaleza, que dejan de ser misterios a medida que la ciencia nos los explica. La ciencia experimental penetra en el núcleo íntimo de la materia y en la inmensidad del universo y aún se queda atrás, intenta descifrar los códigos de la materia orgánica. La genética, la acción química o física sobre las cadenas del ADN se queda atrás, también el análisis matemático y el cálculo infinitesimal se supeditan a la física o a otras ciencias empíricas y como éstas, la matemática aplicada se queda corta ante la realidad y solo sirve para que la podamos ir comprendiendo poco a poco, que ya es mucho.

Lejos de parecer un estado de supeditación, el arte y la literatura tienen ante sí, un panorama abierto donde continuar avanzando y la ciencia empírica sólo atisba una serie de caminos por donde puede empezar a caminar.  

Otra cosa son los derivados abstractos: la música y la matemática especulativa, que, como castillos en el aire, se sustentan sin cimientos físicos y continúan elevándose por encima del vuelo de la alondra.

Que todo literato, artista, poeta o científico entienda pues, que él y su obra quedan muy por debajo del vuelo de la alondra y que hay mucho por recorrer y, si existe un rasgo de vanidad, que sepa que con la soberbia a cuestas, resulta casi imposible levantar el vuelo. 

Que todo literato, artista, poeta o científico sepa que se queda corto.

martes, 23 de junio de 2015

El mal de Arcadia



Joan Gardy Artigas. Platre (1968)

El siroco nos trae la perfección del Dodecaneso y aquí entre los olivos aún resuenan las voces de Virgilio.

Este paraíso minúsculo me ofrece el aroma del mirto y algunos frutos sabrosos.

Aquí junto a los olivos, me emociona el mármol frío de Samotracia, me sacia el vino joven servido en la copa intacta de Horacio y con Dante creo pisar las altas esferas del Paraíso

All’alta fantasia qui mancò possa;
      ma già volgeva il mio disio e’l velle,
      sí come rota ch’igualmente è mossa,
      l’amor che move il sole e l’altre stelle.


A este lado, donde crece el árbol de Minerva están mis poetas y la ‘terribiltà’ de Buonarroti.

Al otro lado de la orilla quizás se encuentre la princesa de Tarbulus llorando tras la ventana y agitando su pañuelo amarillo en lo alto de la torre del castillo. Puedo sentir sus lágrimas, no está tan lejos el faro de Alejandría y los destellos de su faro nos iluminan.

Sé que más allá de este siroco, que a veces produce dolor de cabeza, hay unos paisajes disipados que inspiraron a Turner, una flores de loto que tiñeron los versos de los poetas de la dinastía Ming, unas brumas románticas que sedujeron a Hölderlin, una naturaleza inhóspita que condicionó la arquitectura de Aalto y una música excelsa que justifica la existencia humana y que Bach armonizó.

Las flores sencillas y las plantitas aromáticas crecen entre el roquedal árido e iluminado, quemado por el sol, donde el claroscuro se desliza por las paredes de la Puerta de los Leones y sé que hay otros claroscuros bajo el sombrero de Rembrandt.

jueves, 18 de junio de 2015

Cubismo con las cotas puestas

 El profeta (1933) Pablo Gargallo
 
Un grito de acero que Le Corbusier quiso domar y le puso medidas
 
  Le Modulor (1948) Le Corbusier

Parece ser que el purismo es un cubismo acotado.

sábado, 13 de junio de 2015

Sa Ximbomba


Hasta otoño no se presentará en sociedad, pero de momento Sa Ximbomba ya está en las librerías.

SD Edicions, con Maria Luisa Samaranch al frente, ha hecho una edición magnífica, cuidando la tipografía, el diseño, la encuadernación y la impresión a todo color.

El texto se acompaña con las imágenes postistas de Beneyto. 
El prólogo está firmado por Jorge Cela Trulock.
Se trata de un conjunto de relatos que hablan de las metamorfosis y de los cuerpos transformados.

“Todas las cosas cambian  y nosotros cambiamos con ellas” (Lotario I) y nos convencemos de la eficacia de la evolución, pero a veces, amigos míos, para bien o para mal, la evolución da saltos bruscos; surgen unas transformaciones inexplicables o metamorfosis extrañas que parecen seguir un ritmo raro, parecido al que se produce cuando frotamos la caña de una zambomba, la caña de sa ximbomba.

Con Sa Ximbomba, SD Edicions inicia una nueva colección llamada El mundo roto donde acoger textos heterodoxos de aquellos autores cuya voz propone una mirada transversal y sesgada del drama humano. En El mundo roto sólo cabe la ruptura.

viernes, 12 de junio de 2015

¿Escribes o trabajas?

Tanto la idea argumental como la estructura estética son elementos que aclaran y ordenan el pensamiento. 

Esta afirmación nos hace pensar que, en el mejor de los casos y desde el punto de vista de la razón, no parece que la literatura sea otra cosa que un método para aclarar y ordenar el pensamiento.

En el mundo antiguo, quienes escribían eran personas alejadas de la literatura, eran escultores, abogados, dibujantes o incluso sacerdotes o militares, alguno de ellos practicó la esgrima con cierta habilidad, quiero decir que era diestro en el uso del florete, capaz de matar en un duelo a sangre. Probablemente utilizaron la pluma para complacerse a sí mismos, para impresionar a sus amistades, o para obtener una buena reputación de la comunidad. Casi siempre escribían por placer,  por puro onanismo.  Estos personajes despiertos tenían poca confianza en que se les admirara por el solo hecho de haber dispuesto unos garabatos sobre el pergamino, pero en general, tenían un buen ánimo y persistían.

Pasada aquella antigüedad apareció el escritor. Hoy la literatura se produce con un fin exclusivo, se escribe para ser leído y por vanidad.

No concibo una actividad que sea una pura especulación solitaria, alejada de la realidad industriosa. Por esta razón, estoy convencido que el resultado del cambio ha sido luctuoso, ominoso, funesto, una calamidad y una desgracia.

A pesar de esta calamidad, el escritor continúa escribiendo y malviviendo. Los que viven gracias a su pluma se pueden contar con los dedos de una oreja.

La literatura producida en estas condiciones, que van desde el onanismo a la vanidad y desde la especulación solitaria al sentimentalismo adocenado, es un producto tóxico, un veneno para las personas de buena voluntad. Esta literatura produce infelicidad, enajenamiento y dolor. Es una literatura profundamente sensiblera, no contiene ninguna idea, es triste y patológica, es un portento de cinismo. -Ay, si me oyera el pobre Diógenes, seguro que se le caería el candil.

No quiero ofender a ningún artesano de la palabra -que me perdonen las Musas-, sólo me reafirmo en mi vulgaridad y en mi materialismo, pues de ellos no consigo escaparme aunque Rilke lance su mirada desde Duino, Baudelaire excave en el vacío i Rimbaud baje al infierno para injuriar a la Belleza.

lunes, 8 de junio de 2015

Una estricta dependencia



Max Ernst. Renkli-sal
Colorado of Medusa, Color Raft of Medusa, 1953, Yağlıboya/Tual

A la sombra de la acacia espero que pasen las fiestas de las Tesmoforias y nada más espero.

Me basta un orden sereno y me conformo con la estricta dependencia de la materia. En ella encuentro la única evolución que todos hemos comprendido.

jueves, 4 de junio de 2015

El enigma del Laberinto


En medio del laberinto hay un enigma:

¿La nada?
¿Un pozo infinito?
¿La entrada al Averno?

Teseo llegó al centro del Laberinto, allí acabó con el Minotauro. No sabemos si resolvió el enigma.

Quizás la Belleza se encontraba en el centro y el enigma persiste.

martes, 2 de junio de 2015

La isla insalubre



 
Es
cierto, sí,
y desolado
es el paisaje.
La isla insalubre
y el valle es de lágrimas
y las sonrisas se van lejos.
Sólo la sangre de gladiadores,
fuegos artificiales y juegos de pelota,
bien organizados los ritos y ceremonias
para pisotear las palabras y las libertades,
y todos se afanan por llevar el agua a su molino.
¿Por qué tenemos que defender estos restos miserables?