martes, 27 de diciembre de 2016

Le Corbusier y las cosas pequeñas


Además del Sistema Métrico Decimal, los arquitectos y urbanistas podemos servirnos de otros sistemas cuyos múltiplos y submúltiplos no aumenten ni disminuyan de diez en diez.
 
Este es el caso del Modulor, ideado por Le Corbusier, que toma como base las medidas del cuerpo humano y los múltiplos y submúltiplos siguen la sucesión de Fibonacci. Cada magnitud se relaciona con la anterior multiplicándola por el Número Áureo (1,61803…)

Lo que perseguía Le Corbusier con su escala era conseguir unas medidas ajustadas a la dimensión humana y unas proporciones más bellas.

Creo que a Le Corbusier le sirvió muy bien el Modulor para el diseño de sus edificios y sobre todo para el diseño de objetos y cosas pequeñas, pero se le escapó de medida cuando pretendió utilizarlo para sus proyectos urbanísticos.

En mi opinión, Le Corbusier fue un gran arquitecto de psicomotricidad fina, que diseñó muy bien objetos y muebles. Sus edificios, cuanto más pequeños mejor le quedaban, pero a medida que las dimensiones aumentaban la cosa se le complicaba, con frecuencia caía en el brutalismo del cual fue un precursor.
Unitè d'habitation

A mi juicio, está bien l’unitè d’habitation de Marsella, pero mejor la casa Curutchet que es más pequeña; bien las casas Citrohän y la machine à habiter pero mejor la villa Savoye y la capilla de Notre-Dame-du-Haut de Ronchamp cuya escala es más menuda y está más controlada.
En mi opinión, mal el complejo de Chandigarh en la India, prefiero cualquier silloncito de los diseñados por Le Corbusier.

Chandigarh

Pero en el urbanismo es donde Le Corbusier renquea. Su Modulor parece que haya huido levantando el brazo y diciendo adiós. En sus proyectos urbanísticos, las proporciones áureas abandonan la escala humana. Tampoco interesa demasiado que los trazados urbanos esten proporcionados según el número de oro. En la ciudad lo que importa es que funcione el metro, que tengamos los servicios al lado de casa, que las distancias no sean largas, que no haya ruidos, que las calles estén limpias, que las viviendas estén asoleadas y bien orientadas, que la salubridad y la recogida de basuras sea impecable…

En los proyectos urbanísticos de Le Corbusier las proporciones obligan al peatón a caminar o a desplazarse en automóvil. Proyecta una zonificación urbana que complica la vida al ciudadano, separando la zona residencial de la zona de trabajo y estableciendo unos trazados largos interminables. Su urbanismo es insostenible.

Afortunadamente no se construyeron las manzanas del Plan Macià que proyectó para Barcelona o el, proyecto urbanístico Plan Obus para Argel
Plan Macià, Barcelona


Plan Obus, Argel

8 comentarios:

  1. Ciertamente, esto de la arquitectura me parece muy complejo.
    Como usuario si que encuentro fallos si las cosas no están a mano y no hay facilidades, de ello me percaté en Brasilia (pero de eso hace ya muchos años), donde encontré todo desproporcionado y sumamente lejano (hoy no se que diría).
    Me gusta la iglesia que diseñó, quizá por ser pequeña, pero jamás me he puesto a pensar en sus proyectos, quizá, también, porque no soy un profesional.
    Un abrazo

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    1. Amic Miquel, Le Corbusier es uno de los grandes arquitectos del siglo XX, además de un buen pintor purista, fue uno de los puntales del Movimiento Moderno.
      Abrazos

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  2. Un monstruo este Le Corbusier.
    El asunto del número áureo, la sección dorada y demás siempre me fascinó. También le fascinó a algún "fabricante" de "best sellers" para hacerse de oro (precisamente, ya que hablamos de áureo).
    No hay que perder aquella idea de Protágoras: el hombre debe ser la medida de todas las cosas. Así no nos equivocaremos.
    Saludos, amigo Francesc.

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    1. Amigo Cayetano, la utilización del número de oro es recurrente en toda la historia del arte, la "divina proportione" la encontramos en el arte y en la naturaleza. La encontramos en la música y en los pétalos de muchas flores. Los artistas han compuesto según esta proporción (Φ = (1±√5/2) = 1,618...) a veces de forma deliberada y a veces inconcientemente. Le Corbusier la utilizó para formar su vara de medir (el Modulor) otros arquitectos hemos utilizado la proporción áurea para algunos diseños.
      Saludos

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  3. Es verdad q muchos de sus edificios parecen colmenas frías, de hecho su racionalismo arquitectónico a mi tampoco me ha convencido nunca, aunque no pueda opinar con criterio formado como tú porque obviamente me faltan conocimientos pero fíjate, lo curioso de tu crítica es q si algo intentó Le Corbusier en sus planteamientos urbanísticos fue trazar las ciudades pensando en la calidad de vida humana en lugar de adaptar el ritmo humano a las ciudades, separando las vías de peatones de las zonas de paso de los vehículos, instalando por todas partes zonas verdes y deportivas ... supongo q pecó de iluso porque el ritmo es el q es y las ciudades no puedes abstraerse de esta realidad por más q todos queramos huir de ella... de hecho por eso a la menor oportunidad todos los habitantes de grandes ciudades huyen despavoridos lejos de ellas ; )

    De su arquitectura lo que más me gusta es su distribución interior, espacios de gran altura, sin apenas tabiques y con muchísima luz... la luminosidad de sus estancias es su mayor cualidad en mi opinión. Sus muebles, sobre todo sus sillones siempre me han parecido el sumun de la elegancia y sobre todo comodísimo aun en su minimalismo... único pero, fríos, son tan racionales q resultan muy fríos sea como sea fue un grandísimo genio este hombre... después de él, todo ... malas copias suyas ; )

    Mil gracias por este ratito, meeencanta aprender cosas y contigo no se para de aprender, alucinante lo del Modulor .. la de sí que da la frecuencia Fibonacci ; )

    Muchos besos y por si no me da tiempo a volver q las 12 campanadas con sus respectivas uvas te sienten de maravilla y el 2017 te depare lo mejor !!

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  4. Querida María, admiro profundamente la arquitectura de Le Corbusier, su concepto geométrico, su racionalismo, su repertorio formal y muy especialmente su frialdad. Me gusta mucho su pecado de frialdad, sus muebles fríos y las superficies de su arquitectura tan bien proporcionada, me gusta el tratamiento que hace de la luz, la composición de sus fachadas, etc. No me gusta su urbanismo, no me gusta en absoluto y estoy muy en contra de las actuaciones de algunos politiquillos incultos que hoy intentan recupertar, de una manera acrítica, el concepto urbanístico de Le Corbusier. Hoy no es aplicable y creo que nunca lo fue.
    Te deseo que tengas un 2017 muy feliz.
    Abrazos

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  5. La mejor arquitectura debería de ser aquella que facilita la vida, alegra la vista y prodiga espacios para pasear y disfrutar de la naturaleza. Le Corbusier ha sido un auténtica vaca sagrada, sobre todo para lo sociólogos urbanistas. Es malo endiosar y muy conveniente analizar la obra con sus bondades y defectos, tal como has escrito en tu entrada.
    No tengo especial querencia -tampoco soy entendida- por la arquitectura de Le Corbusier pero sí me causó impresión, hace muchos años, la iglesia de Ronchamp, su interior me encantó.

    Abrazos

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    1. Querida Amaltea, acabas de dar una definición clarísima de lo que es la buena arquitectura: aquella construcción que nos alegra la vida.
      En mi opinión lo peor de Le Corbusier son sus proyectos urbanísticos, este arquitecto no dominaba la gran escala y quiso suplir su torpeza echando mano a argumentos sociológicos que a mi entender aún dominaba menos. Habló demasiado (a veces a gritos) y dibujó demasiado poco.
      Lo que más me gusta de Le Corbusier son sus obras pequeñas: la Villa Saboye, la casa Curuchet y sobre todo la Capilla de Ronchamp.
      Fue un buen arquitecto con ideas muy interesantes sobre la proporción, la pureza de las superficies, la independencia de los cerramientos con respecto a la estructura portante, la geometría de los espacios, etc. Dejó una huella importantísima en la historia de la arquitectura que ha servido para "higienizar" la composición arquitectónica y recuperar el valor de la funcionalidad.
      Por otra parte creo que es importante destacar su obra pictórica, fue un buen representante del purismo.
      Un abrazo

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