miércoles, 15 de noviembre de 2017

La piel y los ojos



Joaquim Chancho. Serie Montserrat


No,
no buscaré ni del espejo roto
aquel fragmento que refleja el deseo
más brillante,
ni en el ábside buscaré la virgen lacrimosa,
cuyo llanto amargo fue producido por el dolor
más intenso.


No,
sólo el recuerdo de la higuera frondosa,
el aire suave y el calor de diciembre
en el hogar.
En la memoria, nada más que las huellas
de lo sentido en la piel y los ojos
y nada más.

F.C.

6 comentarios:

  1. La sencillez y la serenidad como vocación. Las estridencias no nos encarrilan hacia el camino la paz.
    Saludos, Francesc.

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    1. Amigo Cayetano, las estridencias son peligrosas, son puntiagudas y tienen aristas cortantes.
      Un fuerte abrazo

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  2. En un frenesí inacabable y estúpido, en esta peonza giratoria y mareante, llegas tú, escribes un "nada más" que abarca todo lo precioso y delicado, aquello que transforma y convierte el plomo en oro.

    Gracias y un abrazo

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    1. Querida Amaltea, he escrito "nada más" precisamente al final del poema. Realmente quedan pocas cosas, sólo aquellas que la tramuntana no puede barrer: la música, la inteligencia, la amistad y el recuerdo de unos pocos momentos que hemos vivido con placer.
      Abrazos

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