El alquimista (1790). Rembrandt
Peter Shaffer y Miloš Forman han repartido mentira y maldad por el mundo.
¿Por qué nos representan a Mozart como un tontín juguetón?
No, no y no, Mozart no era como nos lo muestran estos Shffer y Forman, fue un compositor cultísimo, de una creatividad casi ilimitada. En sus partituras no encontramos ninguna señal de frivolidad y, en cambio, esta pareja de mentirosos -Shaffer y Forman- se han reído del compositor y de la cultura y se han reído de todos nosotros. Luego va la inculta academia de Hollywood y concede a la película Amadeus, 8 estatuillas que son como 8 idioteces de estulticia condensada.
Los citados mentirosos son capaces de tergiversar la historia con el fin de que no estropee su espectáculo de mentira y maldad insolente. Convierten a Wolfgang Amadeus Mozart en un payasete y a Antonio Salieri en un envidioso y truculento malhechor capaz de envenenar a cualquiera. Ni lo uno ni lo otro. Ambos compositores se respetaban y ambos compusieron una obra que ni Shaffer ni Forman conseguirán nunca entender, pues su opacidad moral les faculta para convertir la belleza en un juego criminal de mentiras.
Casi nunca voy al cine, pero cuando vi la película Amadeus, ya se me quitaron las pocas ganas que tenía de ver tanta idiotez proyectada en una pantalla.